El Papa al inicio del Año de la Familia: defendamos la belleza de la familia

Mensaje del Santo Padre a los participantes en el webinar sobre “Nuestro amor cotidiano”, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en colaboración con la Diócesis de Roma y el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II, en la apertura del Año dedicado a la Familia, con ocasión del V Aniversario de la publicación de la Exhortación Postsinodal “Amoris laetitia”.

“Apoyemos a la familia, defendámosla de todo lo que comprometa su belleza. Acerquémonos a este misterio del amor con asombro, discreción y ternura. Y comprometámonos a salvaguardar sus preciosos y delicados vínculos”, lo dijo el Papa Francisco en su mensaje a los participantes en el webinar sobre “Nuestro amor cotidiano”, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en colaboración con la Diócesis de Roma y el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II, en la apertura del Año dedicado a la Familia, con ocasión del V Aniversario de la publicación de la Exhortación Postsinodal “Amoris laetitia”.

Hoy es necesaria una nueva mirada a la familia

En su Mensaje, el Santo Padre recordó que, hace años se promulgó la Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris laetitia sobre la belleza y la alegría del amor conyugal y familiar. “En este aniversario – señaló el Pontífice – los he invitado a vivir un año de relectura del Documento y de reflexión sobre el tema, hasta la celebración de la X Jornada Mundial de las Familias que, si Dios quiere, tendrá lugar en Roma el 26 de junio de 2022”. Durante este quinquenio, Amoris laetitia ha marcado el inicio de un camino tratando de impulsar un nuevo enfoque pastoral de la realidad de la familia. “La intención principal del Documento – subrayó el Papa – es comunicar, en un tiempo y una cultura profundamente cambiados, que hoy es necesaria una nueva mirada a la familia por parte de la Iglesia: no basta con reiterar el valor y la importancia de la doctrina, si no nos convertimos en custodios de la belleza de la familia y si no cuidamos con compasión su fragilidad y sus heridas”.

Dos aspectos que están en el corazón de la pastoral familiar

Por ello, es importante afirmó el Papa Francisco estos dos aspectos que están en el corazón de toda la pastoral familiar: la franqueza del anuncio del Evangelio y la ternura del acompañamiento. “Por un lado, anunciamos a las parejas, a los esposos y a las familias una Palabra que les ayude a captar el auténtico sentido de su unión y de su amor, signo e imagen del amor trinitario y de la alianza entre Cristo y la Iglesia”. Por otra parte, esta proclamación no puede ni debe darse nunca desde arriba o desde fuera. La Iglesia está encarnada en la realidad histórica como lo estuvo su Maestro, e incluso cuando anuncia el Evangelio de la familia lo hace sumergiéndose en la vida real, conociendo de cerca las labores cotidianas de los esposos y de los padres, sus problemas, sus sufrimientos, todas esas pequeñas y grandes situaciones que pesan y a veces obstaculizan su camino.

“Nuestro amor cotidiano”

Este es el contexto, les dijo el Papa a los participantes en el seminario web, se trata del amor generado por la sencillez y el trabajo silencioso de la vida de pareja, por ese compromiso cotidiano y a veces agotador que llevan a cabo los cónyuges, las madres, los padres, los hijos. Un Evangelio que se propone como una doctrina caída de lo alto y no entra en la “carne” de esta vida cotidiana, corre el riesgo de quedarse en una bella teoría y, a veces, de ser vivido como una obligación moral. Estamos llamados a acompañar, a escuchar, a bendecir el camino de las familias; no sólo a trazar la dirección, sino a hacer el camino con ellas; a entrar en los hogares con discreción y con amor, para decir a los esposos: la Iglesia está con ustedes, el Señor está cerca de ustedes, queremos ayudarles a conservar el don que han recibido.

Ayudar a la familia a realizar su misión

El Santo Padre precisa que, es fundamental anunciar el Evangelio acompañando a las personas y poniéndonos al servicio de su felicidad: así podemos ayudar a las familias a caminar de una manera que responda a su vocación y misión, conscientes de la belleza de los vínculos y de su fundamento en el amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. “Cuando la familia vive bajo el signo de esta Comunión divina, que he querido explicitar en sus aspectos existenciales en Amoris laetitia, entonces se convierte en palabra viva de Dios-Amor, hablada al mundo y para el mundo”. En efecto, la gramática de las relaciones familiares -es decir, de la conyugalidad, de la maternidad, de la paternidad, de la filialidad y de la fraternidad- es la vía por la que se transmite el lenguaje del amor, que da sentido a la vida y calidad humana a toda relación.

Los lazos familiares dan estabilidad a la comunidad humana

En esta época de pandemia, recuerda el Pontífice, en medio de tantas dificultades tanto psicológicas como económicas y sanitarias, todo esto se ha puesto de manifiesto: los lazos familiares han sido y siguen siendo duramente probados, pero al mismo tiempo siguen siendo el punto de referencia más firme, el apoyo más fuerte, el guardián insustituible para la estabilidad de toda la comunidad humana y social. “¡Así que apoyemos a la familia! Defendámosla de todo lo que comprometa su belleza. Acerquémonos a este misterio del amor con asombro, discreción y ternura. Y comprometámonos a salvaguardar sus preciosos y delicados vínculos: hijos, padres, abuelos… Necesitamos estos vínculos para vivir y vivir bien, para hacer la humanidad más fraterna”.

“Acudan a San José”, aconseja Cardenal a sacerdotes y diáconos

El Vicario del Papa Francisco para la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo De Donatis, aconsejó a los sacerdotes y diáconos acudir a San José para redescubrir “el gozo de la paternidad en una sociedad sin padres”.

En una carta dirigida al clero de la Diócesis de Roma, el Purpurado recordó la carta apostólica “Patris corde que el Pontífice escribió para el Año de San José, de la cual dijo que, en su opinión, el Papa pensó “además de los padres de familia, en particular a nosotros sacerdotes”.

“Nos escribió para que redescubramos el don, la responsabilidad y el gozo de la paternidad en una sociedad sin padres, la Iglesia de hecho tiene aún más la necesidad de redescubrir la paternidad, que en la carta está completamente delineada, indicando a José como padre en la ternura, obediencia, acogida, un padre trabajador y un padre oculto”, señaló el Cardenal De Donatis.

Además, el Vicario del Papa para la Diócesis de Roma invitó a imitar la “valentía creativa” de San José que “sabe transformar un problema en una oportunidad poniendo siempre primero la confianza en la Providencia”.

“Este año hemos experimentado en ocasiones la tentación de detenernos y salir del campo, sin embargo, hemos tenido muchos testimonios de pastores capaces de tener valentía creativa, sacando a relucir recursos que ni pensábamos tener”, advirtió.

En esta línea, el Purpurado agradeció al Señor “por la valentía creativa de los sacerdotes” y añadió “continúo a caminar con ustedes incluso en este tiempo incierto, seguro de la presencia del Señor que provee. Rezo por ustedes, los apoyo con afecto y pido que esta Cuaresma pueda ser verdaderamente una oportunidad para redescubrir nuestra paternidad”, afirmó.

Luego, De Donatis reconoció que en este año estamos enfrentado “situaciones para las que no estábamos preparados; el ritmo y las actividades de nuestro ministerio han cambiado” y “en ocasiones hemos vivido momentos de prueba, de aridez, de incertidumbre sobre el presente y el futuro”.

“Hemos sido llamados a cambiar estilos de vida, pero sobre todo a poner al Señor en el centro, con su Palabra, con su presencia, encontrándolo en los pequeños y en los pobres para amar y servir. De alguna manera nuestra paternidad quedó herida, como una poda necesaria, para que pudiéramos purificarla y dar más fruto”, indicó.

De este modo, el Purpurado invitó “en este tiempo de carestía en el mundo” a estar seguros de que “el Patrono de la Iglesia universal se interesa de todos los detalles, en cada uno de nosotros, para que nunca falte el pan de amor y de fraternidad”.

Finalmente, el Cardenal De Donatis sugirió “tomarse el tiempo necesario, en estos días, para hacer silencio, meditar y rezar” en unos días de retiro acudiendo a San José con confianza “seguros de que, con corazón de padre, nos hará tener el Pan necesario para todos”.

Para ello, en preparación a la Solemnidad de San José, el próximo 19 de marzo, el Vicario del Papa para la Diócesis de Roma imparte tres meditaciones sobre la figura de San José.

#Acipresa



Hoy comienza el mes de San José… en pleno Año de San José

La tradición de la Iglesia ha asignado una devoción especial a cada mes del año, y marzo es dedicado en particular a San José, casto esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal.

 

San José es conocido como el “Santo del silencio” porque no se conoce palabra pronunciada por él, pero sí sus obras, su fe y amor que influenciaron en Jesús y en su santo matrimonio.

 

Una de las que más propagó la devoción a San José fue Santa Teresa de Ávila, que fue sanada por intercesión del santo de una enfermedad que la tenía casi paralizada y que era considerada incurable.

Santa Teresa solía repetir que “otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas. Pero a San José le ha concedido Dios un gran poder para ayudar en todo”.

Hacia el final de su vida, la santa carmelita resaltó que “durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Yo les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir”.

El Papa Francisco también ha dedicado varias reflexiones a San José. Asimismo, fue el Pontífice quien, a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, decidió realizar una pequeña modificación en las oraciones de la Misa para alentar la devoción a este santo.

Concretamente, con esta modificación, San José es mencionado en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Virgen María.

En diciembre de 2018, en la homilía de la Misa que presidió en la Casa Santa Marta, el Papa dijo sobre San José que “de este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre aprendió a decir ‘papá’, ‘padre’, a su Padre que conocía como Dios, fue gracias a que lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelante la paternidad y el misterio, que no toma nada para sí mismo”.

Además, el Pontífice convocó un Año de San José desde el martes 8 de diciembre de 2020 hasta el 8 de diciembre del 2021, para conmemorar los 150 años del decreto Quemadmodum Deus, por medio del cual el Beato Pío IX declaró a San José patrono de la Iglesia.

Para ello, el Papa Francisco escribió la carta apostólica Patris corde en la que se establece para “que todos los fieles siguiendo su ejemplo (de San José), puedan fortalecer cotidianamente su vida de fe en cumplimiento pleno de la voluntad de Dios”.

“Todos pueden encontrar en San José -el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta- un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad”, escribió el Papa en Patris corde.

Además, el Santo Padre indicó que desea resaltar el papel de San José como padre que sirvió a su familia con caridad y humildad, y agregó que “la Iglesia de hoy en día necesita padres”.